La verdad incómoda sobre la preprensa
Vale, vamos a hablar de preprensa en impresión digital de gran formato. Ese proceso misterioso que muchos diseñadores ignoran olímpicamente hasta que... ¡sorpresa! Su precioso diseño sale con colores que parecen de otra galaxia o con una resolución que haría llorar a un miope.
Llevo más de 10 años lidiando con esto y, créeme, he visto horrores que harían que tus archivos de Illustrator se cerraran solos por puro trauma. La semana pasada, sin ir más lejos, un "diseñador senior" —con esas comillas bien gordas— me mandó un archivo para una lona de 6 metros trabajado en RGB a 72 dpi. ¿En serio? ¿TODAVÍA seguimos con esto en 2025?
Por qué la preprensa es tu salvavidas (aunque no lo sepas)
Mira, la preprensa no es solo un palabro técnico para hacernos los interesantes. Es literalmente lo que separa un trabajo profesional de ese horror que tu cuñado podría hacer con PowerPoint.
¿Qué consigues dedicándole tiempo a esta fase?
- Evitas cagadas monumentales: Suena crudo, pero es la verdad. Detectar errores antes de imprimir te ahorra dinero, vergüenza y esas llamadas incómodas al cliente explicando por qué necesitas reimprimir todo.
- Los colores salen como DEBEN salir: Nada de "es que en mi pantalla se veía diferente". Claro, y yo en las fotos de Instagram parezco Brad Pitt, pero luego llega la realidad y... ya sabes.
- Tus imágenes no parecen sacadas de un móvil de 2010: Una buena preprensa adapta la resolución específicamente para verse de lujo a gran escala.
- Trabajas como un profesional, no como un amateur estresado: Organizar el proceso correctamente significa entregar a tiempo y sin tener que hacer turnos de 18 horas el día antes de la entrega (me ha pasado, y no es bonito).
Lo que REALMENTE necesitas saber para no meter la pata
Primero: Planifica como si tu vida dependiera de ello
Antes de abrir Photoshop o Illustrator, pregúntate:
- ¿Dónde demonios va a ir esto? (interior/exterior)
- ¿Desde qué distancia lo van a ver? (no es lo mismo un cartel de metro que una valla en la autopista)
- ¿En qué material va impreso? (porque no, no es lo mismo imprimir en lona, foam, dibond o metacrilato)
Parece obvio, ¿verdad? Pues te sorprendería la cantidad de "profesionales" —vuelvo con las comillas sarcásticas— que se lanzan a diseñar sin tener ni idea de estas cuestiones básicas.
Configura correctamente el archivo (o llora después)
Vamos con lo que de verdad importa:
- Trabaja a escala cuando sea necesario: Si estás diseñando una valla de 8x3 metros, no, no vas a trabajar a tamaño real a menos que quieras que tu Mac se derrita. Usa escalas tipo 1:10 y ajusta la resolución en consecuencia. Tu ordenador y tu cordura te lo agradecerán.
- El sangrado no es opcional, es OBLIGATORIO: Añade siempre entre 3 y 6 mm de sangrado. No sé cuántas veces he tenido que estirar imágenes a última hora porque algún iluminado pensó que el corte iba a ser quirúrgicamente preciso. Spoiler: no lo es.
- Zona de seguridad: Mantén textos e información importante alejados del borde como si fuera tu ex tóxico. Mínimo 5-10 mm (o más en formatos muy grandes).
El color: ese campo minado lleno de sorpresas
Aquí es donde el 80% la caga estrepitosamente:
- RGB es para pantallas, CMYK para impresión. Punto. No hay debate. No me vengas con "es que se ve más vivo en RGB". Claro, y yo me veo más alto en las fotos donde salgo solo, pero la realidad es la que es.
- ¿Colores corporativos exactos? Entonces hablamos de Pantone, querido. Y no, no todos los colores Pantone se pueden reproducir en CMYK, por mucho que lo intentes o por mucho que llores mirando el muestrario.
- Los perfiles de color no son para hacerse el interesante. Son herramientas críticas. Usa el perfil ICC adecuado según el equipo y material. Pregunta a tu imprenta cuál usan ellos —sorprendentemente, muchos impresores agradecen que por fin alguien les pregunte esto.
Recuerdo cuando un cliente casi me mata porque su azul corporativo salió como un morado extraño en unas lonas. ¿El problema? Su diseñador había trabajado en RGB y el color estaba fuera de gama CMYK. Historia real, cicatrices emocionales reales.
Resolución: más NO siempre es mejor (lee esto dos veces)
Contrario a lo que muchos creen —y lo que te enseñaron en esa academia carísima—, no necesitas archivos gigantes para todo:
Lo que estás haciendo | Distancia de visión | Lo que REALMENTE necesitas |
---|---|---|
Valla publicitaria enorme | Más de 15 metros | 20-72 DPI (sí, has leído bien) |
Lona o banner | 3-15 metros | 72-150 DPI |
Póster tamaño medio | 1-3 metros | 150-300 DPI |
Stand para feria | Menos de 1.5 metros | 200-300 DPI |
Impresión artística | Te la van a mirar de cerca | 300+ DPI |
¿Ves esa primera línea? No es una errata. He tenido clientes mandándome archivos de 5GB para vallas de carretera que NADIE va a ver de cerca. No solo es innecesario, sino contraproducente (y hace que tu gestor de archivos te odie con toda su alma).
Formatos de archivo que no te harán quedar mal
No todos los formatos nacieron iguales:
- TIFF: Para imágenes que requieren máxima calidad. Sin compresión, por favor, que los megas hoy son baratos.
- PDF/AI/EPS: Para elementos vectoriales que deben mantener nitidez perfecta.
- PDF/X: Para envío a imprenta. Es como el traje formal de los archivos, siempre queda bien y te hace parecer profesional.
Y por amor a todo lo sagrado, no envíes JPGs comprimidos para impresión profesional. Es como ir a una entrevista de trabajo en pijama —alguna vez funcionará, pero la mayoría de las veces te mirarán mal y te rechazarán.
Fuentes: ese dolor de cabeza perpetuo
Hay dos tipos de diseñadores: los que han tenido problemas con fuentes y los que los tendrán. Para evitarlo:
- Incrusta TODAS las fuentes en tu PDF final.
- O mejor aún, convierte a curvas/trazados los textos importantes (especialmente logotipos).
Me pasé una noche entera rehaciendo un trabajo porque un cliente envió un archivo con tipografías custom sin incrustar. La imprenta sustituyó automáticamente su preciosa fuente artesanal por... ¿adivinas? ¡Comic Sans! Vale, era Courier, pero el trauma fue similar.
Lista de comprobación antes de enviar (imprímela y pégala en tu monitor)
Antes de darle a ese terrorífico botón de "enviar":
- ✓ Dimensiones: ¿Tamaño final, sangrado y márgenes de seguridad correctos?
- ✓ Color: ¿Estás en CMYK? ¿Perfiles ICC adecuados? ¿Pantones bien definidos?
- ✓ Imágenes: ¿Resolución apropiada para la distancia de visión?
- ✓ Textos: ¿Todas las fuentes incrustadas o convertidas a curvas?
- ✓ Elementos técnicos: ¿Sobreimpresiones y transparencias verificadas?
- ✓ Formato final: ¿Guardado en el formato que pidió expresamente la imprenta?
Soluciones rápidas para cuando todo se va al garete
"¡La imagen se ve fatal!"
- Sustitúyela por una de mayor calidad.
- Si es un logo o gráfico simple, vectorízalo (y no, Live Trace de Illustrator no siempre es la respuesta... pero a veces es lo único que tienes).
"Los colores son un desastre"
- Verifica que estás en CMYK, no en RGB.
- Pide específicamente una prueba de color física. Sí, eso que cuesta dinero pero te ahorra disgustos mayores.
"¡Hay un borde blanco horrible!"
- Añade sangrado adecuadamente. No intentes "estirar" la imagen en la imprenta, rara vez queda bien.
"Las transparencias se ven raras"
- Acopla transparencias cuando sea posible.
- Si usas Illustrator, revisa la configuración de acoplado de transparencias antes de exportar.
Para terminar: la dura verdad
Dominar la preprensa no te hará rico ni famoso. Nadie te dará palmas en la espalda por configurar correctamente los perfiles ICC. Es un trabajo técnico, a veces tedioso, y muy poco glamuroso.
PERO. Es lo que separa a los profesionales de los aficionados. Es lo que hace que tus clientes vuelvan porque "contigo siempre sale bien". Es la diferencia entre una carrera sólida y una llena de proyectos problemáticos y clientes insatisfechos.
Si estás empezando, te recomiendo que comiences con proyectos pequeños, aplicando todo esto meticulosamente. Cometerás errores (todos lo hacemos), pero aprenderás. Y cuando te toque enfrentarte a ese proyecto gigante que te quite el sueño, sabrás exactamente qué hacer.
Y recuerda: una buena preprensa es como la fontanería de una casa. Nadie la ve cuando funciona bien, pero cuando falla... oh, amigo, entonces todos la notan.
¿Te ha resultado útil? ¿Tienes alguna historia de terror de preprensa que compartir? Déjame un comentario abajo. Y si te ha gustado este artículo, compártelo con ese amigo que sigue mandando archivos en RGB a la imprenta. Todos tenemos uno.
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